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Se casaron y al cumplir el primer año de matrimonio, Patricia estaba viviendo una situación familiar bastante complicada y, para ella, imposible de resolver.
“Mi esposo sólo veía por los ojos de la mamá. Mantenían una relación, diría yo, ‘fuera de lo normal’. Se enviaban mensajes de texto al celular y se comunicaban permanentemente. Mi suegra lo llamaba todos los días, sin falta, a las 6 y 30 de la mañana para aconsejarle qué ropa se debía poner. Yo era un cero a la izquierda para él y a pesar de que tratamos de arreglarlo a través de terapias de pareja, él siguió ligado tan estrechamente a su mamá, que decidí divorciarme”.
La experiencia vivida por Patricia pareciera la trama de una película y, sin embargo, que algunos hombres sufran un trastorno de personalidad con su progenitora es más común de lo que se cree.
¿A QUÉ SE DEBE?
Fernando García, sicólogo clínico, explica la actitud de Jorge como un complejo. Es decir, “una serie de impulsos asociados a ideas cargadas de gran valor emocional, y muchas veces inconscientes, que aparecen en un momento de la vida, determinando un comportamiento específico de forma permanente”.
El doctor Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, utilizó el nombre de este comportamiento como “Complejo de Edipo”, para explicar la actitud amorosa obsesiva de algunos hombres hacia sus madres, recordando la famosa tragedia griega de Sófocles en la que Edipo se casa con su madre, Yocasta, y asesina a su padre.
Este complejo nace del deseo inconsciente de un niño varón por el amor exclusivo de su madre, con los consabidos celos hacia el padre.
Los expertos coinciden en que es normal que los niños de sexo masculino, entre los tres y seis años, sientan admiración por su madre y se ‘enamoren’ de ella. Además, esta situación determina el carácter individual, e incluso el tipo de elecciones más importantes tanto de la infancia como de la vida adulta.
“Más que un problema de la infancia, es un acontecimiento en la vida normal de los niños, quienes se apegan emocionalmente a su madre desde la lactancia y luego les cuesta ‘compartirla’ con un padre que, para ellos, siempre está poniendo obstáculos en la relación que tienen con ella. Todo lo que al niño lo aleja de su madre puede incluso ser asociado a éste, llámese ‘obstáculo’ el trabajo de ella, el colegio, las normas e incluso la disciplina,” asegura el doctor Fernando García.
Sin embargo, con el tiempo este sentimiento se debe ir resolviendo a medida que el pequeño “renuncia” a su madre porque acepta la relación que ella tiene con su padre. Para que esto se dé, los padres deben fortalecer su relación amorosa ante los niños.
SEÑALES DE ALERTA
Es necesaria la atención de los padres para poder determinar si un niño de más de cinco años está pasando por una “crisis edípica”. Estos son los “síntomas”:
- Exceso de apego por mamá. Muestras de cariño excesivas con ella y a la vez, rechazo hacia la figura paterna.
- No querer salir de la cama de los padres y no entender que es territorio exclusivo de la pareja.
- En muchos de sus juegos, el niño inventa que mamá es su pareja y que se casa con ella.
-Celos excesivos hacia el padre, y obsesiones que crean conflicto en la relación de pareja.
-Sentimientos de protección hacia mamá, en especial cuando la pareja se divorcia, y la madre crea una imagen de víctima ante los hijos.
- Dificultades en la atención, bajo rendimiento académico, depresión infantil, indisciplina e incluso algunas enfermedades de la infancia, pueden ser elementos que evidencian que el "Complejo de Edipo" se está desarrollando con una importante intensidad.
CUANDO PERSISTE EL COMPLEJO….
Como en el caso de Patricia, algunos hombres pueden llegar a adultos sin resolver esa etapa en sus vidas. La culpa de que el complejo de Edipo persista hasta la mayoría de edad se debe a que las necesidades emocionales no se resolvieron satisfactoriamente en la infancia o en la adolescencia, porque los padres y los educadores no pudieron identificar a tiempo la situación.
“Seguramente los adultos que influyeron en su educación no dedicaron tiempo a compartir cuando ellos eran niños, no hicieron uso del lenguaje para manifestar el amor y no utilizaron el diálogo para resolver los problemas. No mostraron paciencia y no vieron en el juego una forma de acercamiento para que transitar por este período fuera más placentero, evitando así el afianzamiento de sentimientos, o ideas negativas, que luego fueran a terminar en un estilo de vida con un carácter duradero en la adultez”, explica el doctor García.
“Si los padres no explican a su hijo que esa relación con la madre no es posible, el niño crecerá con esa fantasía inconscientemente, y como un hombre adulto seguirá buscando en su pareja a su mamá o jamás se desprenderá de ella, haciendo sufrir a la mujer con quien comparte su vida”, opina la sicóloga clínica Teresa Díaz Leal, del instituto Prekop.
¿CONFLICTO PENDIENTE?
Generalmente, los hombres adultos con complejo de Edipo son los que se enamoran de imposibles, buscan lazos sentimentales con mujeres mayores y saltan de relación en relación, pues en su inconsciente nunca logran encontrar a una mujer como su madre.
Si son casados o consiguen pareja estable, constantemente están buscando la aprobación de sus madres, sublimizando la relación con su progenitora, anteponiéndola a su compañera y, algunas veces, hasta a sus propios hijos.
Así mismo, algunos son celosos al extremo, tienen fobias y crean dependencias en todas sus manifestaciones.
El primer paso para encontrar la curación es que él reconozca y asuma conscientemente que tiene un problema. Después se requiere asistir a terapia con un sicólogo para resolver este conflicto que, muchas veces, es el directo responsable de que un hombre no encuentre pareja o no logre establecer una relación sana con su esposa o compañera.
Preste atención si en casa tiene a un hombre que…
- Siente miedo ante el solo hecho de pensar que debe enfrentarse a su propia madre.
- No puede estar lejos de su madre e insiste en vivir con ella porque teme separarse de ella.
- No puede tomar decisiones sin la aprobación de mamá.
- Sólo se pone la ropa que ella le aconseja y únicamente come lo que le manda. Y no parece tener una mente propia…
- Llama a la madre más de tres veces al día y si no le contesta, insiste hasta encontrarla.
- Le hace sentir que usted está jugando un papel secundario en la relación porque en primera instancia está la mamá.
- Quiere ser eternamente un niño de brazos: mamá tiene la "obligación" de satisfacer todas sus necesidades, como si fuera aún incapaz de moverse y de asumir actitudes ante los cambios o embates de la vida.
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