Yo hago una cosa algo enfermiza aunque el hecho de ver y entender que es enfermiza hace que automáticamente deje de serlo, supongo.
En mi ciudad es costumbre compartir pisos porque los alquileres, gracias a las buenas personas que vienen de paises ricos en busca de sol y se instalan aquí y también gracias a empresas nórdicas deslocalizadas que traen aquí su negocio para pagar menos impuestos, como digo hacen que los alquileres estén por las nubes y que la gente humilde lo tenga mal para vivir.
Hasta hace poco compartía mi piso con extranjeros y de paso practicaba mi inglés pero más tarde o más temprano siempre terminaba mal con ellos, casi siempre por la misma razón. Me traían gente a casa, amigos, novios, etc, etc. Y como me cuesta decir las cosas no hablaba hasta que no podía aguantar más y explotaba y directamente los echaba, porque empezaban por traerlos un día a la semnana, luego dos, y a veces ya directamente me instalaban a gente de su país para que pasasen las vacaciones en mi piso.
Así que al final decidí vivir solo y aún así, sigo poniendo anuncios donde digo que alquilo habitaciones. No lo hago cada día pero a veces me da por ahí y entonces hago venir a algún pobre diablo, le enseño la habitación, le pregunto qué hace a qué se dedica, charlamos diez minutos. Casi siempre me dicen que ya me dan la fianza para quedarse, pero yo les respondo que no, que todavía no, que tiene que venir alguien más a ver la habitación, que no puedo cancelar la visita porque ya es demasiado tarde y estará por llegar, y que en caso que el otro también quiera quedarse lo echaré a suertes, cara o cruz, entonces se van y no les vuelvo a decir nada más. Pongo un anuncio al mes y suelen venir tres o cuatro personas gracias al anuncio.
No entiendo por qué hago esto, quizá para aliviar la sensación de aislamiento o quizá porque me reconforta pensar que la imagen que doy no es tan mala como para que la gente salga por patas.
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