La primera vez que oí la expresión "fobia social" fue a un psiquiatra que me trataba desde hacía año y medio. Yo había abandonado un curso obligatorio del trabajo a un día del final porque querían hacer una comida de despedida y no me sentía capaz de afrontarla. Lo peor era que ese día había también un examen y, como no lo hice, me dijeron que tendría que repetir el curso. Le pedí a mi psiquiatra si podía hacerme un justificante. Su respuesta, con sonrisa despreciativa y tono sarcástico, fue: "¿y qué quieres que diga?, ¿que tienes fobia social y no te atreves a ver a la gente?". Me sentí tan humillada que ni me atreví a preguntar qué quería decir con eso, porque hasta ese momento no me había dado ningún diagnóstico ni lo hizo en lo sucesivo. Pero la palabrita me quedó grabada y la volví a encontrar en algún artículo, ahora que ya estaba sobre aviso. De las cosas que leía me daba cuenta de que coincidía mucho con lo que me pasaba a mí. Hasta que un día, en un programa de TV sobre trastornos de ansiedad, volvieron a tratar el tema y apunté el teléfono de una asociación de Barcelona. Cuando me decidí a ir me dieron la dirección de mi psicóloga actual, que es quien me diagnosticó por fin. El resto fue cosa del Sr. Google.
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