Tantas veces como he pensado que ya voy a estar mejor, así de tantas he intentado dejar este foro, y a todas las demás costumbres tristes que acompañan a mi vida de hombre solo. No puedo, sin embargo. Quizá hay un punto en que ya no se puede cambiar, y quizá yo ya lo pasé. Demasiado tiempo perdido pensando en que el futuro me ofrecería algo mejor. Demasiado tiempo en que toda esta forma de ser que tanto desprecio se asentó tal vez definitivamente en mí.
He pasado por momentos así antes, de profunda desesperanza, pero la particularidad que tiene la desesperanza -o al menos la mía- es que siempre parece ser definitiva. Pareciera como si de verdad esta vez ya no podré salir del abismo en que me encuentro.
Una mujer a la que quiero muchísimo, de la que sólo soy amigo a pesar de que a veces pienso de que ella podría ser todo para mí, me ha humillado gravemente esta semana. Por decirlo así, me hizo saber que ella conoce todos mis miedos e inseguridades, y que los considera miserables. Yo no tuve respuesta a sus palabras, lo que generó un silencio incomodísimo que ella se complació en mantener por largos minutos, como queriendo hacerme notar todo el dominio que tiene sobre mí (y que efectivamente lo tiene). Para rematar, luego aquella situación que para mí fue martirizante, tuvo el atrevimiento de sonreírme como si nada hubiera pasado y decirme que fuéramos al cine. Yo sólo sentía desprecio por ella en ese momento, no quería verla más, pero estaba muy confundido y no supe qué decir más que inventarle una excusa e irme.
Esto no es un hecho aislado, sino que es más bien la gota que rebalsó el vaso. A lo largo de este año, luego de mucho tiempo de no haber siquiera intentado, he vuelto a salir con mujeres. Sólo con dos, en realidad, pero algo es algo. Nada me ha resultado de todas formas. Tengo un miedo extrañísimo a lo sexual, que me permite ser amigo de mujeres sin problema, pero que me impide avanzar más allá. Soy incapaz de lograr que me vean como a un hombre, incapaz de hacerlas sentir a ellas como mujeres. Me paralizo ante la más ligera insinuación, y me avergüenza contar hasta qué punto ha llegado esto.
El asunto es que las mujeres me terminan viendo como a cualquier cosa excepto como a un hombre. Como un manojo de inseguridades y miedos, como a un ingenuo que nada sabe de la vida y que se sonroja ante cualquier alusión sexual, e incluso a veces piensan que soy gay. No sé cómo cambiar esto, y de verdad lo intento. Tengo casi 24 años, y lo cierto es que a esta edad es difícil encontrar a una mujer que tenga paciencia y me ayude a sortear mis problemas. Yo he puesto todo de mi parte, pero no ha resultado ser suficiente.
Quizá exagero, pero siento destruida mi autoestima.
Un saludo para los antiguos compañeros del foro, que hace tiempo no leía.