Disculpadme si repito ideas, pero ahí va mi opinión meditada.
Nos metieron en la cabeza ideas distintas a niños y niñas desde pequeños.
Las aceptamos, porque como niños que éramos, no sabíamos discernir.
Lo triste es que lo hemos interiorizado tanto que nos creemos que efectivamente somos "eso". Desde entonces estamos necesitándonos pero a la greña. Sin entendernos, claro. ¿Es posible comprender y ponerse en el lugar de un extraterrestre (o peor aún, de un enemigo)?
Ahora que ya somos algo mayores (casi tod@s), ante las diferencias, en lugar de "rebobinar" y ver de dónde vinieron, las justificamos y nos acomodamos a ellas argumentando que son cosa de las hormonas, los cromosomas, y no sé qué más (o sea, algo inamovible).
Una manera de seguir sin entenderse. Igual es que el esfuerzo de reflexión es demasiado grande (o no tenemos tiempo).
Mi opinión es que no somos tan diferentes cuando descartamos todo el rol aprendido. Si no, no se entienden muchas conductas que pasan incluso por encima de lo que se considera adecuado según el género. Eso siempre me hizo sospechar. Ni siquiera el más asfixiante condicionamiento social es capaz de amoldarnos totalmente, lo que significa, para mí, que hay algo muy nuestro que es más fuerte aún que el rol que se nos enseña.
Todo esto puede parecer un rollo, así que concreto: no es que lo crea, es que sé que muchas mujeres se fijan en cosas físicas de los hombres cuando se trata de simple atracción sexual. Pero temen decirlo ¿Por qué? Una mezcla de cosas, pero todas tienen que ver con el rol que se espera de ellas. Y no sólo de los demás, sino el que esperan ellas mismas, según lo que han asumido sobre qué es femenino y qué no lo es.
Que una mujer se fije en algo físico de un hombre cuando el tema es pura y simple atracción sexual no debería ser una noticia, sino lo más normal del mundo. Algo va mal cuando hay que normalizarlo.
Que haya que explicar constantemente que el sexo no es algo merante animal para nadie, ni siquiera para los acusados de cerdos (aquí no entro en patologías que no distinguen entre sexos), también da una medida de cómo nos han separado para no entendernos. La sexualidad humana no es tan sencilla como sumar 2 + 2.
Pero, señoras y señores, somos seres físicos, y ahí está la piel. Desde luego, seguramente somos algo más (al menos, para los no puramente materialistas), pero negar lo evidente es flotar con divagaciones metafísicas (y creo que sé lo que es soñar y elucubrar), o directamente intentar manipular al otro.
Personalmente, si una posible amante me dijera que no le atraigo físicamente nada, que lo que le "pone" es mi interior, o mi status, o mi cuenta bancaria, pensaría que estoy ante una parafilia, y me preocuparía.
No sería nada excitante, ya que en el sexo, mientras no se demuestre lo contrario, hay mucho contacto físico (entre otras cosas).
Bueno, está el sexo tántrico, pero no sé muy bien cómo va.
Por supuesto, podemos no aceptar nuestra dimensión física. Esto ya es una opción personal. En mi caso, no ha servido para convertirme en puro espíritu (lo he intentado con ahínco, pero va a ser que no). Parece ser que no queda otra que aceptar el cuerpo mientras estamos en este mundo.
Así, no sientes nada desagradable cuando una mujer te dice que le gusta ver tu cuerpo desnudo. Piensas: "ah, qué bien, estoy con una humana, como yo" (y encima, sincera).