Pues es así. Las actividades estas unen mucho, yo también vivi algo parecido.
Hasta los 12 años siempre había estado apuntado a algo por las tardes (sobre todo, fuera del colegio, es decir, no con los compañeros de clase) y era un gran desahogo, ya que allí tenía amigos y todo eso. A esa edad me desapunté y quise apuntarme al deporte que hacían algunos chicos en mi clase, y que ese año se apuntaban 2 nuevos así que yo también quería. No es que ese deporte me apasionase pero quería hacer relación con algunos compañeros. El caso es que le pregunté al único con el que tenía confianza que iba a esa actividad, que yo también me quería apuntar y su respuesta fue: "¡No, tú no puedes, tienes que saber jugar!" y algo más me dijo que no recuerdo. (Algo ilógico pues entraban otros dos que no sabían, pero vamos, ya se que era por mi).
Ahora que lo pienso si le hubiese preguntado a otros, que eran muy buenos tipos y eran precisamente con los que yo quería relacionarme, ante mi duda me hubiesen animado a apuntarme e incluso me habrían hecho mucho más fácil la adaptación. Sin embargo, la negativa del otro fue tan tajante que no me atreví a ir.
Es un problema que he tenido, obcecarme con personas que son así pueriles, en vez de abrirme con aquellos que se les ve mucho más simpáticos.
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En tu caso, aún te podrías apuntar si quieres, no estaría mal sobre todo si vas a pasarte en ese instituto dos años más. Ahora bien, puedes decírselo y acercarte a los que se vean majos. Probablemente te ayuden. Si no, pues nada. Si quieres hacer algo, siempre podrás hacer algo fuera. A mi me hubiese venido muy bien.
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Cuando yo estaba en tu curso y lo estaba pasando de **** pena, mi madre conoció a un profesor de una actividad, que vino a mi casa y todo a animarme a unirme a su clase. Quería ayudarme. Eso me hubiese venido muy bien.
Ale, esos son mis consejos.
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