Tratamiento específico de la Ansiedad Social (Fobia Social)
Los recursos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico de fobia social son los basados en procedimientos
cognitivo-conductuales. He aquí una relación de aquellas técnicas consideradas más efectivas:
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Información al paciente sobre la naturaleza de la ansiedad en general y de la fobia social en particular: explicación de los mecanismos y procesos básicos, relaciones entre pensamiento, emoción y acción.
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Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes, utilizados por el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la solución, sino al mantenimiento del problema.
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Exposición y autoexposición a situaciones ansiogenas, ya sea en situaciones simuladas en tratamientos de grupo, o en situaciones reales, convenientemente elegidas y programadas. Reducción de las conductas defensivas y de seguridad.
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Mejora de la autoestima y el autoconcepto. Establecimiento de metas realistas, refuerzo de los resultados positivos.Revisión de los mecanismos de atribución de eficacia.
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Regulación de los procesos anticipatorios y las expectativas "autocumplidadas"
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Reestructuración cognitiva para controlar los pensamientos desadaptativos anteriores y posteriores a la exposición. Identificar, analizar y cuestionar pensamientos problemáticos a través de ejercicios estructurados.
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Desarrollo de habilidades sociales, entrenamiento asertivo, y control de la inhibición (recuperación de recursos de los que ya se dispone, pero que están bloqueados o inhibidos).
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Entrenamiento de la concentración en el desarrollo y seguimiento de la tarea, no de los sintomas (sonrojo, temblor, etc).Control de la atención autoenfocada.
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Materiales de autoayuda, como complemento de la terapia, y soporte de las "
tareas para casa".
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Medicación: Los medicamentos más utilizados son los los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina (ISRS), que han de tomarse por periodos no inferiores a un año
para alcanzar un mínimo de estabilidad en los resultados. En ocasiones se recurre a las benzodiacepinas, y más escepcionalmente a los IMAOS. El tratamiento farmacológico se ha de efectuar siempre bajo prescripción y conrol médico.
Cita:
Se considera, no obstante, que los tratamientos cognitivo-conductuales son la terapia a elegir en primer lugar: son tan efectivos o más que la medicación, se producen menos recaidas y efectos secundarios, y los resultados acabado el tratamiento son más estables.
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No es infrecuente la combinación de tratamientos psicológicos y farmacológicos.
Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el tratamiento de la fobia social. Se ha de tener en cuenta, no obstante, que
estos trastornos pueden venir asociados a otros problemas, que requieren también un abordaje, en el contexto de un tratamiento integrado y convenientemente articulado. El tratamiento, en rigor, no lo es de la fobia social, sino de la persona que la padece, en ralación, naturalmente, con la demanda que efectúa.
Los tratamientos suelen desarrollarse individualmente, al menos en una primera fase, si bien los tratamientos grupales son particularmente útiles en el abordage de la fobia social. La duración de los tratamientos oscila normalmente entre seis meses y un año, si bien en algunos casos pueden ser más largos.