Sí. Y se siente mal, duele la impotencia, y la felicidad ajena; pero por otro lado, el saber que no podía hacer nada, me quita un poco la culpa. Si no puedo tener a nadie por mi condición, ¡¿por qué habría de culparme por no haber hecho algo imposible para alguien como yo?!, es como si un paralítico se sintiera culpable por pasar todo el día sentado siendo que no puede caminar.
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