Hola buenas, soy nueva en el foro.
Os voy a contar mi historia sobre la timidez. Es difícil resumir las vivencias de uno.
Siempre he sido sumamente tímida, desde pequeña. La primera persona con la que sentí esa vergüenza, incomodidad… fue con mi padre. He de decir que mis padres son las personas más maravillosas del planeta.
Crecí en una aldea de unos 200 habitantes. Todos los niños del pueblo nos juntábamos para jugar, no había otra gente, había la que había.
En los pueblos pequeños ya se sabe. La gente no para de hablar de lo que tienes o dejas de tener y en mi caso, he sufrido de envidias en general desde que tengo uso de razón. Sin haber hecho nada.
Mis primeros recuerdos sobre relacionarme con gente ajena a mi familia son de total rechazo. Muy fuertes para una niña tan pequeña (2-4 años), y tal y como era yo, un angel de niña (sensible, de buenos sentimientos, inocente). Después cambié, jeje.
Cuando empecé a ir al cole, todo fue normal, siempre tuve muchas amigas. También hubo rechazo, pero el típico que sufre cualquier niño alguna vez. No me causo ningún trauma ya que con 4 años ya estaba curada de espantos en ese sentido.
La niñez transcurrió de manera normal, eso sí, era reservada y seria, y sin olvidar esa vergüenza a mi padre.
Mis padres se tomaron aquello como que no quería a mi padre, cosa que es totalmente incierta, era timidez, y me dieron mucho la lata con aquello cuando era pequeña, me hicieron sentir profundamente culpable de las tristezas de mi padre. De pequeña he cargado con mochilas que no debía. No quiero culpar a nadie, todos cometemos errores y no me cabe ninguna duda de que mis padres únicamente me deseaban, desean y desearán lo mejor.
En la adolescencia, supongo que como todos los adolescentes, empecé a distanciarme también de mi madre, mis abuelos… Iba a mi bola, con mis amigas. Lo malo es que ya no he podido volver a retomar la confianza con mi madre, ni con nadie de mi familia. Los adoro, pero me siento muy incómoda.
Hasta los 20 estuve bien con mis amigas, todo normal. A esa edad discutimos y unas nos fuimos por un lado, las otras por el otro. Me sentí muy rara, sola, decepcionada con cierta gente. Empecé a sentirme incómoda también con mis amigas y poco a poco con el resto de gente en general.
De forma gradual, mi timidez se fue acentuando.
Con 15 años empecé con un chico. Sigo con él a mis 24. Tengo una gran dependencia y una relación un tanto tortuosa, pero es la única persona a día de hoy con la que no me siento incómoda.
Intento hacer una vida relativamente normal. Trato de disimular y hacer las cosas que haría alguien normal. Cuando estamos unas pocas (2 o 3), finjo bastante bien, a pesar de que a veces, tartamudeo, o pierdo el hilo de lo que estoy diciendo. Cuando hay mucha gente, o hay gente con la que no tengo confianza, me quedo callada y no hablo nada.
Si por mí fuera, no saldría nunca con nadie, excepto con mi novio. Para mí el hecho de tener que relacionarme es un suplicio. Siento como que es una situación embarazosa, me siento incómoda, como cuando subes con el vecino en el ascensor, no sabes de qué hablar y sólo deseas que esa situación acabe para irte rápidamente.
Cuando era pequeña, jugaba mucho con un primo de mi edad. Lo recuerdo perfectamente y éramos niños normales. En su caso, a día de hoy, no es que evite relacionarse, es que no le habla a nadie de la familia, y mucho menos a sus “amigos”. No nos saluda, nos gira la cara, se cambia de acera… todo por timidez, y si te acercas y lo saludas, no te contesta.
No sé si es que nos pasó algo, pero no lo creo, porque con mi padre me ha pasado toda la vida. No sé que puede haber sido, no pido curarme, si es que tengo algo de lo que curarme, pero me gustaría descubrir el por qué de esto.
Muchas gracias al que me haya leído y mil perdones por el tocho.
Un saludo.