Uno de los libros más sobrevalorados, producto de un eficaz marketing basado en lo más primario - ¡y todavía dando lecciones a los demás simios -: sexo, sexo y más sexo. Realmente es una cochambre, un relato muy pobre, con muchos lugares comunes y un poso inevitable de machismo con olor a naftalina.
Sorprende - ¡una mierda!, sorprende
- cómo muchas féminas han tomado estos libros casi como icono de la libertad sexual de las mujeres. ¿Se los han leído o no los han entendido?
Porque el tal Grey, un pelafustán pijo y nauseabundo, trata a la pobre infeliz que se enamora de él no mucho mejor que un talibán a cualquier mujer. O quizás el símil se encuentre más bien reflejado en el típico de chulo con su meretriz.
Sobre la baba sicalíptica del macho se construye un cuento lleno de momentos tórridos, con violencia ¿consentida?
, personajes tópicos e historias repetidas mil veces. ¿En qué se diferencia esta historia de la del mitológico
Narciso? No se trata más que de una versión pornográfica del príncipe azul. Me deja la reflexión sobre si la quema de libros está siempre injustificada.