El caso es que me abría paso por la jungla de asfalto a lomos de mi bici cuando un chico, argentino para más señas, me dice:
"oye pibe, llevás la rueda de atrás deshinchada"
Lo cierto es que llevaba varios días pensando en pasarme por una gasolinera o taller a hinchar la rueda, porque en mi casa no tengo inflador... pero me daba cosica hacerlo, por aquello de la evitación
Mi expresión al principio fue:
Pero luego respondí:
"Ehh sí, gracias, me hacía falta hincharla un poco jeje...".
Finalmente hice uso de su inflador y le dí las gracias, el chico se marchó y yo también, con una bici más estable y rápida, como esas que consigues en los juegos de Pokémon. Mientras pedaleaba con la intención de acercar el horizonte pensaba en el casual encuentro, en el buen samaritano y en que quizá aún queden buenas personas en el mundo, que se preocupan por prójimo y por las ruedas del prójimo.