Al comenzar el Bachillerato Max (nombre ficticio) pensó que ya no podía más. Se puso enfermo y alargó su dolencia para evitar así tener que ir a clase. "Había una barrera que me lo impedía", admite este madrileño que ahora tiene 20 años y que hace tres fue diagnosticado con fobia social. "Me daba miedo el simple hecho de coger el tren o el metro por las aglomeraciones; pensaba que todo el mundo me miraba, lo cual me ponía nervioso y me daba dolor de tripa", recuerda ahora sobre esta experiencia típica de un trastorno de ansiedad que afecta a medio millón de personas en España, el 1% de la población, según el estudio de prevalencia de trastornos mentales y factores asociados ESEMeD-España, un proyecto Europeo coordinado con la iniciativa de la OMS.
"Cuando tenía que relacionarme no sabía qué hacer o qué pensarían de mí. Tenía miedo al rechazo", cuenta. Este pensamiento le ponía aún más nervioso, eso le generaba ansiedad y terminaba en un círculo vicioso de miedo e inseguridad. Max llegó a enclaustrarse en casa casi un año. Y después necesitó tiempo para volver a relacionarse. De ahí que el primer año de su Bachillerato fuera tan duro. Prácticamente no salía de casa y se pasaba el día dándole vueltas a lo que le pasaba. "Evitaba cosas cotidianas como ir al peluquero", explica. Pero había algo aún más doloroso. "Lo peor es cuando te acostumbras a la soledad. Pasaba los días en casa y sin relacionarme, así que me volvía más huraño e irritable", afirma este joven. Max acudió a un psiquiatra y le diagnosticaron depresión. Pero una psicóloga puso otro nombre a su padecimiento: tenía fobia social. "Este trastorno llega a ser muy limitante", explica a 20minutos César González-Blanch, psicólogo clínico del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Santander. Lo normal, dice, no es llegar a encerrarse completamente en casa –como le pasó a Max– pero afecta al "desarrollo personal, familiar, social o laboral".
Porque no es simple timidez. Es ansiedad social. Max pensaba que su ansiedad "era evidente". Pero no siempre es así. Hay evitaciones más sutiles y encubiertas, como evitar comer o beber en público para que nadie vea que tiemblas. Los trastornos de ansiedad muestran además "altas tasas de comorbilidad psíquica", dice González- Blanch; es decir, se cumplen criterios para más de un trastorno mental. Las limitaciones autoimpuestas y la sensación de inadecuación aumenta el riesgo de depresión. Algo parecido le sucedía a Miguel, el nombre ficticio de un barcelonés de 59 años que también empezó a padecer fobia social de adolescente. "Unos compañeros se metían conmigo y empecé a aislarme con 14 años porque no era como los demás y pensaba que me rechazarían si se daban cuenta", recuerda. Miguel lleva en psicoterapia "muchos años", se medica desde hace seis y acude a grupos de apoyo. Gracias a eso, ya entabla conversaciones profesionales y con los miembros de la asociación Amtaes que le ayuda. "Aún no puedo con una persona desconocida en el tren"; matiza. Al madrileño Max, por su parte, la psicóloga le recomendó salir de la zona de confort, romper la barrera y perder el miedo a la gente. Le puso retos como parar a alguien por la calle y preguntar la hora. "Estoy bien, pero todavía me cuestan las aglomeraciones o relacionarme con mucha gente a la vez", admite; "y todavía me pongo nervioso si tengo que hablar con alguien, pero ya no me da pánico". Cómo saber si padeces fobia social ¿En qué consiste? "Es un trastorno de ansiedad caracterizado por el miedo a comportarse de modo embarazoso o ridículo, lo que lleva a evitar situaciones o conductas", explica César González-Blanch, psicólogo clínico del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en la ciudad de Santander. ¿Quién la padece? Cualquier persona puede sufrir fobia social, pero el experto González-Blanch apunta a 20minutos que "suele comenzar durante la pubertad". ¿Es lo mismo que la timidez? No, son dos cosas distintas, según los expertos. "Hay personas tímidas que tienen algunas evitaciones y miedos, pero no debemos considerarlo un trastorno", matiza González-Blanch. ¿A cuántas personas afecta en España? Se estima que la padecen medio millón de personas en nuestro país; es decir, el 1% del total de la población española. ¿Qué síntomas indican que alguien padece esta fobia? Las llamadas 'evitaciones' de las personas con ansiedad social pueden ser muy evidentes; por ejemplo, evitar participar en clase. Pero hay otros síntomas de poder padecer miedo social. "Además del miedo al ridículo o a resultar inadecuado y las evitaciones, se pueden apreciar otros síntomas como ponerse rojo, tener temblores, el sudor, la sequedad bucal, o padecer tensión muscular o palpitaciones", dice el psicólogo César González-Blanch. ¿Puede desembocar en un enclaustramiento total? No es la situación más común, pero los expertos en fobia social apuntan que es posible que quienes sufren este trastorno lleguen a encerrarse en casa: "Este trastorno puede llegar a ser muy limitante", explica González-Blanch, que señala que lo normal, más que el "enclaustramiento total", es que afecte al "desarrollo personal, familiar, social o laboral". ¿Cómo ayudar a la gente que padece fobia social? La Asociación Española de Ayuda Mutua contra la Fobia Social y los Trastornos de Ansiedad (Amtaes) cuenta con grupos de ayuda para personas con este trastorno. "Aquí se da apoyo y consejos a la gente que lo necesita y se contacta con personas con el mismo problema", dice Miguel, un afectado.
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