Adormecido por el alcohol, dulcemente divagando al límite de la inconsciencia .Donde se pierde la noción del tiempo, las palabras parecen carecer de sentido, y las preocupaciones se esfuman a la luz del último cigarrillo.
Otra vez intento disolver esta tristeza, tan amarga como el mismo licor que hoy rigen mis palabras, y me hacen escribir lo que de otra manera no me atrevería.
Como siempre, únicamente acompañado por mi propia sombra, proyectada por la farola de la calle que da justo a mi ventana, que parece esta abatida, parece que ya no tiene ganas de seguir adelante.
Ya no quiero ver a un cobarde en el espejo.
Un hombre de rodillas pero con ganas de seguir luchando aun no está derrotado, mas mi voluntad se disipa, y en algún momento, me di cuenta que lo que merma mi espíritu es el estar completamente solo.
Trato pacientemente de armar este rompecabezas, pero hay una pieza que falta y es el rostro de la persona que se encuentra a mi lado. No sé qué será de mí si jamás llegase a encontrarla, porque un rompecabezas incompleto es solo basura.