-Tengo 23 y no la he perdido.
-Por inseguridad: nunca me creo que lo suficientemente apto para abordar a una chica, más que todo porque siempre temo que mi falta de experiencia termine por notarse.
-Por supuesto, si tuviera esa experiencia quizás las cosas serían distintas. Pero nunca me acerqué a ninguna chica, y ya después de terminar el bachillerato comencé a pensar que ya era demasiado tarde como para que lo intentara. Desde hace un par de años para acá descubrí que yo también podía interesarle a ellas, que mi físico no es tan desdeñable como lo fue durante la pubertad, pero la falta de experiencia me aterra y me paraliza en los casos que bien otros aprovechan para cortejar efectivamente.
-¿Oportunidades claras? Hay una que tal vez se podría considerar como tal. Pero no he tenido otras. Como vivo aislado de otros grupos de personas de mi edad es bastante difícil que vuelva a darse otra oportunidad como aquélla.
De todos modos, a mí lo que me agobia no es la idea de tener sexo, sino más bien la imposibilidad de hallar una pareja, de experimentar el amor mutuo y correspondido. Si un día cualquiera de éstos perdiera la virginidad con una chica que no me gustase, quizás seguiría sintiéndome igual de insatisfecho, pero al menos ganaría confianza en mí mismo. Eso sí, nunca pagaría por tener sexo.
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