A pesar de que hay días que no quiero nada con la vida, sí existen razones para seguir con vida, como la ciencia -mi vocación-, algunos pequeños placeres de la vida (comer algo rico, tomar una cerveza con amigos, pasear por ahí, ir a la playa, mirar una palícula, leer un libro, ir al gym) y sobre todo la esperanza de solucionar mi problema algún día.
A los pesimistas les digo que la esperanza es lo último que se pierde.