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05-may-2012
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Bueno ya que este tipo de temas siempre seducen más que cualquier otro quería compartir un artículo que me pareció interesante porque he vivido situaciones similares varias veces en mi vida y seguramente muchos de ustedes también.
Sin ánimo de ofender a nadie ni despertar la misoginia ya que como dice más abajo se aplica tanto a hombres como a mujeres:
La Histeria
Si bien la histericidad es un hecho normal y hermoso de la conquista, hay ciertos casos bien claros en los que se actúa en forma anormal y extendida.
Las mujeres histéricas son aquellas cuya forma de vida es la seducción. Seducen todo el tiempo con su cuerpo, con sus palabras. Generalmente son agraciadas por la naturaleza con una fina belleza, su principal “arma” para jugar su juego.
Ellas consiguen todo seduciendo, insinuando, dejando frases incompletas o con claro doble sentido. Lo curioso es que mientras menos atención les brindemos más se interesaran por nosotros. Pero al momento en que decidimos actuar nos muestran desinterés.
“ella estaba siempre tras de mí, me llamaba, me invitaba al cine y a su casa. Yo iba con ella a todos lados, como su perrito faldero, buscando el instante para declararle mi amor. Ese momento nunca llegaba y ella no paraba de insinuarme que sentía lo mismo que yo. Cada vez que intentaba hablarle sobre mis sentimientos me esquivaba y yo terminaba frustrado.”
Como vemos los que peor la pasan son las víctimas de esta clase de mujeres. Ellas provocan la excitación continua del individuo, más no la satisfacen. No se hacen cargo de lo que generan alegando “malentendido”. La mayoría de estos seres femeninos desconocen su condición y piensan que todos los pibes que están dando vueltas alrededor de ellas son casualidad, ya que generalmente (cual perra alzada) es acosada por un grupo grande de “amigos” entre los que seguramente se encontrarán los amigos de su novio o sus propios ex novios.
“yo quiero decirte lo que me pasa con vos, me gustas mucho y etc………” Las histéricas aman escuchar las declaraciones amorosas de sus víctimas y los dejan expresarse libremente. Pero cuanto les toca su turno son lapidarias. “…esta todo bien, me parece que me interpretaste mal, yo solo quiero que seamos amigos”. Y así empieza la cosa de nuevo
Existen casos en que algunos hombres han sido presas por años de estas mujeres, enamorándose con todo su corazón solo para desengañarse y frustrarse. Pero su esperanza y su amor es tan grande que vuelve a renacer solo para volver a cumplir este ciclo infinitamente. Estos pobres desdichados son los favoritos de las histéricas.
La histericidad es una forma de vida y quien conoce sus secretos generalmente obtiene lo que desea. Ascensos rápidos, favores “desinteresados” de comerciantes o amigos babosos.
A las histéricas les encanta los grises, los puntos medios sin definición, generalmente tiene problemas de pareja ya que prefieren quedarse en la etapa de seducción y quedan expuestas a la hora de concretar.
Existen tácticas y estrategias para no caer en las redes de una histérica, la primera es el encare directo y absoluto y ante el rechazo nos retiramos con la frente bien alta hacia otros lares. La segunda y más peligrosa es jugar el juego de la seductora pasando a un papel activo, pero esto casi nunca resulta.
Pero el camino no es tan fácil, muchas histéricas terminan siendo agredidas verbal y físicamente. Su indefinición las acosa y por las noches (y también los domingos a la tarde) un sabor amargo las invade y todo ese poder sobre sus dominios es insuficiente para sostener su frágil felicidad. Las domina la inseguridad y el terror a quedarse solas.
Por supuesto que este fenómeno no es exclusivamente femenino, cada vez más hombres se aficionan a la indefinición (en todas sus formas).
Son aquellas comunmente denominadas "calienta chorizos" o "calienta pavas". Seducen todo el tiempo pero a la hora de la verdad se hacen las desentendidas.
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