A ver si alguien me puede echar una mano.
Estoy buscando un nombre para lo que me ha ocurrido hasta ahora en la vida, casi se podría decir un diagnóstico, no con el objetivo de recrearme, sino para poder explicarlo fácilmente a los que pregunten por mí, que son bastantes, y sobretodo para poder empezar a buscar ayuda al respecto, cosa que me urge. El diagnóstico en sí ya me lo dará el médico o terapeuta cuando vaya, pero de momento me gustaría saber si voy o no por el buen camino.
Si busco un término para definirlo es porque es un tema que se hace de difícil explicar y comprender a los demás, y de alguna forma hay que explicar que aquella persona que siempre han tratado como una promesa, es un fracasado. A mis amigos de toda la vida, teniendo la ventaja de haberme conocido y haber compartido muchas cosas conmigo los últimos diez años, ya se les hace de difícil comprender. A familiares como mi madre, aún después de horas de hablar, se les hace directamente imposible ponerse en mi lugar, comprender mi situación, y seguir apoyándome en base a ésta y no en base a lo que ellos creen (ignorando por incomprensión todo lo que les acabas de explicar, y eso que mi madre no es demasiado tonta).
Si lo que condiciona tu vida es un tema mayor, familiar, médico o de salud, todo el mundo lo comprende y te trata en función de la existencia o no de una solución. Pongo un ejemplo aprovechando la mención por ahí hace un par de días de
Floraa del libro
El mundo amarillo, de Albert Espinosa: si te rompes una pierna te animan para la recuperación y esperan que vuelvas a ser el de siempre, pero si la pierdes pasas a ser una persona diferente, por lo que puedes empezar de cero con la perfecta comprensión y aprobación de los demás. Ésa es la similitud que busco, la de un diagnóstico si tengo la suerte que exista, para que los demás dejen de exigirme todas esas cosas que nunca me han correspondido. Si hasta ahora era alguien de quién siempre esperaron cosas (toda la vida me han tratado como una promesa), a partir de ahora no se puede esperar nada de mí. Resumiendo, pedir que dejen de tratarte o verte de una forma a otra es fácil si existe un motivo de sencilla comprensión o de imposible resolución: salir del armario, adicciones a drogas, una enfermedad física o mental (p.e. fobia social, TAG, TPE, TLC, TOC...), siendo los síndromes los que por definición encajarían perfectamente en el ejemplo, ya que son una condición con una sintomatología clara aunque de difícil diagnóstico y adaptación (p.e. Síndrome de Asperger). Pero si la problemática es complicada o incomprensible, una situación trágica, corres el peligro que te tachen de loco (y/o de volverte).
Bueno, al tema. Mi personal tragedia se puede explicar por
A o por
B. La primera opción es poner un texto que no es mío y que describe lúcida y perfectamente la fatal experiencia. Si a partir de ahí alguien me puede dar ideas al respecto de como comunicar eso sin necesidad de ser críptico, perfecto. Si, en cambio, se quieren leer los detalles, se puede leer el resto de divagaciones personales y empaparse de su fangosidad.
A
Así, pongo un texto con el que me topé por casualidad (soy un lector mediocre), y que define de forma mucho más lúcida y corta lo que después intentaré explica con una parrafada mal destilada. El texto en cuestión es un Minima Moralia de Theodor W. Adorno, extraído del libro homónimo por el que me interesé a través de unos textos en historia del arte durante segundo de carrera. Dejo el link al texto, que, para mí, basta para ahorrarse cualquier explicación más:
"Planta de invernadero".
Una vez leído, me gustaría poder decir que sufro el síndrome de la planta de invernadero, pero me temo que eso no existe
así que tengo que desarrollar por mi cuenta con la penosa ayuda de internet.
B
Lo más parecido que he encontrado hasta ahora para explicar mi personal y relativa “tragedia” es el
Síndrome de disincronía que sufren los niños superdotados. Yo no soy superdotado (de hecho con el tiempo me he vuelto realmente burro e ignorante), aunque debido a un descuido de mis padres y su posterior indiferencia me trataron como tal durante toda la primaria y secundaria por el simple hecho de ir curso avanzado, hecho que yo siempre he defendido que hicieron mis padres por ventaja suya (deshacerse de mí antes) y no mía, ya que aparte de esa decisión, nunca más se implicaron o interesaron por mi vida.
En cualquier caso, cito en qué consiste básicamente ése síndrome y sus dos vertientes, que yo mismo he podido experimentar de una forma algo extrapolada, pero bastante literal:
Cita:
Iniciado por Wikipedia
El síndrome de disincronía es la falta de sincronización en el desarrollo intelectual, social, afectivo, físico y motor de un niño superdotado. Ésta podría dividirse en dos grandes bloques: disincronía interna y disincronía social.
La disincronía interna es aquella que tiene lugar en el ámbito del niño consigo mismo, caracterizada por desarrollar de manera irregular varias de las funciones que acompañan a todos los seres humanos.
La disincronía social es aquella que afecta a las relaciones del niño superdotado con sus iguales, su familia y el mundo que le rodea.
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Por supuesto, ese síndrome es referido a los niños superdotados, y yo no soy niño (ya no), ni soy superdotado (aunque sí me han tratado como tal). Si lo menciono es porque al descubrirlo vi un claro paralelismo entre esas disincronías internas y externas con la disicronía que yo he vivido siempre conmigo mismo y la que he sufrido en mi entorno durante gran parte de mi vida. Porque una cosa es no encajar o saber hacerlo, y otra ir a destiempo o al revés.
Así pues, la palabra que de verdad me interesa es disincronía, o sea, falta de sincronía (no al mismo tiempo). Con ésa palabra es con la que me refiero ahora mismo como la causa de haber llegado a la situación en la que estoy, independientemente o no de que eso pueda ser contrastable y a falta de un diagnóstico mejor. Pero claro, a orejas de un entorno sin demasiadas luces como siempre ha sido el mío, no es lo mismo decir disincronía que cocaína; una lo explica todo, y la otra no explica nada. Sin embargo, a través de la una imagen se entiende algo más fácilmente:
Voy a intentar así dar a entender a qué me refiero con disicronía, resumiendo algunas de esas experiencias que he vivido a destiempo para que se entienda de qué hablo. Lo dividiré en anticipaciones y retrasos respecto a los demás (disincronías externas) por ordenarlo de una forma, si bien cada hecho en sí supone una anticipación y un retraso en sí mismo y hacia mi persona (disincronías internas). Y sí, en cada caso hubo un montón de problemas y causas ajenas a todo ésto que en su día reconocí, pero es que esto se trata de encontrar precisamente el hilo conductor.
Empiezo por las anticipaciones, en concreto por las académicas. Hay un patrón que se repite en mis cuatro etapas académicas, las cuatro en sitios distintos (primaria, ESO, bachillerato, carrera). Mientras yo en el principio sobresalgo de la mayoría sin ningún tipo de esfuerzo, los otros se dedican a socializar y no le dan mucha importancia a los estudios. Esa situación se invierte siempre al final de la etapa: ellos se esfuerzan en terminar bien (porque alguien les ha dicho que así tiene que ser), mientras yo para entonces me estoy preocupando de atar relaciones sociales y, debido a que nadie me ha enseñado a esforzarme ni nunca he tenido que hacerlo, acabo pasando por los pelos.
En el caso de las etapas académicas cabe apuntar también que hasta los 17 se me trató siempre diferente a los demás por el hecho de ir un curso avanzado (cargué con la etiqueta de superdotado por parte de mis compañeros y desinformación mía), pues el sistema está preparado para los mediocres en el sentido de la media, y de mí, que es evidente ya me espabilo solo, el profesorado ha pasado siempre.
De nuevo en base a esas supuestas capacidades, mis padres me mandaron a vivir con mi hermano (o sea, virtualmente solo) a los quince años un par de meses después de empezar el bachillerato y sin ningún tipo de debate, planeamiento, o explicación al respecto. Ahora llevo ya cinco totalmente solo en este piso de mi madre, y no sólo he sido fruto de envidias y prejuicios por parte de los que me conocen poco, sino que mis amigos se han aprovechado totalmente de mí. A medida que, por la edad, mi piso perdía interés, ellos también lo fueron perdiendo por mí. La disincronía aquí es que ahora mismo estoy padeciendo el tema de moda entre mis amigos, que es independizarse y las gilichorradas de aquellos que tienen la primera experiencia de vivir solos (cocinar, lavar...). Por supuesto, sólo les interesa la información entre iguales, el debate generacional que en unos años serán las bodas y en unos más los niños. Y por más inri, a mí probablemente se me acabará el chollo pronto y tendré que volver a la casa de locos que es la de mis padres. Además, diez años con piso y ni una chica, es para pegarse un tiro
Pongamos también el ejemplo de internet, que seguro muchos cercanos a mi edad de por aquí compartirán por un tema generacional. Internet empezó a ser un medio más o menos normal a partir Un servidor invirtió mucho tiempo en su día para aprender y dominar ése nuevo medio. Una de las cosas en la que invertí más tiempo fue diseñar una web donde colgaba dibujos con el único fin de enseñarme o conocer gente, y todo ese trabajo sólo sirvió para ser tachado todavía más de raro o viciado por mis congéneres, o de superdotado por los mayores. Todo esto para ver como siete años después es lo normal entre los adolescentes. Enseñarse y relacionarse por internet con éxito y sin tener que invertir ningún tipo de esfuerzo como tuve que hacer yo. Donde yo fui el mejor, ahora ando totalmente desconectado porque yo mismo decidí dejar mi afición al ordenador por reconocerla dañina para mí, para ser como los demás. Y todo para ver como esos mismos, que me habían tachado de extraño, me quitaban el lugar sin ningún pudor justo después. Es repugnante ver con qué desfachatez invaden tu terreno gente que te había apestado precisamente por eso.
En cuanto a retrasos, aquí viene aquello que yo digo de que soy burro y que me ha supuesto las fobias sociales y ansiedades estos últimos años, fruto de una gran desinformación o una falta de desarrollo. Como he planteado varias veces por los foros, mi conocimiento del mundo o de la cultura general tendía a cero hasta los veinte años. Mi vida consistía en el ordenador y todo lo que había aprendido (nada más que tonterías) había sido por internet. No empecé a leer libros, ver películas o escuchar música hasta los veinte años, y realmente encuentro extraño cuando veo que la mayoría empezaron a sentir interés por esas cosas muy temprano. ¿Por qué me tacharon a mí entonces, de superdotado?
En el tema sentimental no me he visto capaz de tener relaciones hasta hace poco. De nuevo, lo que los demás ya sabían con quince yo he tardado diez años más en entenderlo o descubrirlo, y no por falta de interés, antes lo contrario, le puse un esfuerzo considerable.
Para acabar, me encuentro con 25 años y sintiéndome cómo con 15. No tengo profesión ni nota para cursar nada, no tengo conocimiento del mundo laboral, no sé gestionar el dinero, no sé cuidarme de mí mismo, no sé relacionarme con los demás. Básicamente acabo de salir del huevo, y hace bastante frío aquí fuera hostias.
Para completar el perfil, añadiré algún rasgo de carácter ajeno a los temas de anticipaciones o retrasos, por si eso ayuda más a encajar mi persona. No soy alguien pesimista, antes al contrario. He probado veces de hundirme estos últimos años para tratar de llegar a estas conclusiones antes de que me acabara estallando todo en la cara -como ha hecho-, pero cual tablón de madera podrido, me es más difícil hundirme que no mantenerme a flote patéticamente. Siento envidia de las condiciones ajenas. Las cosas me son pasajeras, nada me afecta demasiado. Si he sido capaz de escribir esto ahora es porque justo hace un mes perdí mi última oportunidad para sacarme la carrera después de cuatro años de actividad mermada por mis problemas sociales y personales, cerrando definitivamente el camino preestablecido que nunca nadie me dijo que tenía que seguir. Quizá he vivido muy acomodado, pero también muy desinformado.
A mí mismo me asusta a veces toda esta condición, como cuando me recuerdo ya de muy pequeño pensando y actuando igual que ahora, en base a las mismas sensaciones o razonamientos, como si en mí sólo existiera un instinto que siempre ha sido el mismo. No tengo claro si crecí antes de tiempo, o si es que todavía no he crecido. Todavía estoy esperando que ocurra algo en mi vida que consiga que cambie mi personalidad, pero nunca me ha ocurrido nada excepcional.
Gracias a los que se interesaron. Cualquier pista, lectura, referencia al respecto, insultos y descalificaciones, serán bienvenidas
Saludos (y disculpas por mi pesadez endógena, pero escribí sobretodo para mí)